miércoles, 27 de mayo de 2009

COMUNICADO OFICIAL N° 01

Consejo Evangélico de Venezuela
Capitulo de los Altos Mirandinos
COMUNICADO OFICIAL N° 01


San Antonio de Los Altos, 25 de Mayo de 2009

Quienes suscriben este comunicado, miembros del Consejo Evangélico de Venezuela, Capítulo de Los Altos Mirandinos, basados en los principios de la fe cristiana, saludamos el hecho de que, en el marco del “Proyecto de Ley Orgánica para la Equidad e Igualdad de Género”, no se haya presentado ante la Asamblea Nacional para su segunda discusión lo que ha sido denominado “Asociaciones de Convivencia”. Saludamos también la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia que interpreta el artículo 21 de tal manera que se deja sin efecto, al menos de momento, la posibilidad de reconocer jurídicamente la unión de personas del mismo sexo. Señalamos que la Constitución Nacional, en sus artículos 75, 76 y 77, establece la protección del Estado a las familias y matrimonios conformados por un hombre y una mujer, por lo que entendemos que las referidas “asociaciones de convivencia” representarían un equivalente fraudulento a los motivos que sustentan el texto constitucional. De aprobarse las “asociaciones de convivencia”, habría, entonces, que modificar el texto constitucional. Aplaudimos, por cierto, los esfuerzos tendientes a la igualdad de géneros, es decir, reconocer la igualdad esencial entre hombres y mujeres como seres humanos. Sin embargo, advertimos el peligro que implicaría cualquier acción que establezca, de hecho y de derecho, una sodomía en nuestro país.

Como valor fundamental, defendemos que la familia constituye el eje básico de la sociedad. Sostenemos también que su constitución legítima se basa en la unión entre un hombre y una mujer, responsablemente capaces de brindar un ambiente y condiciones adecuadas para concebir y criar hijos, formarlos en plenitud y satisfacer sus necesidades integrales. En tal sentido, consideramos que las llamadas “asociaciones de convivencia” no sólo representan una distorsión del concepto cristiano del matrimonio y la familia, sino que apuntan a la desintegración del orden natural establecido por Dios (Génesis 1:26-27, Levíticos 18:22, Romanos 1:26-28, 1° Timoteo 1:9-10, 1° Corintios 6:9-10) y, en consecuencia, propenden al deterioro del tejido social.

Todas las personas tienen los mismos deberes y derechos humanos y jurídicos básicos, independientemente de su orientación sexual. Por ello, no vemos la necesidad de privilegiar una preferencia sexual determinada al sancionar leyes que, en el fondo, atentan contra la familia, la moral y las buenas costumbres. Entendemos que la conducta homosexual evidencia un problema de salud mental. Múltiples estudios clínicos (Bailey y Col. 1999. Herrel y Col. 1999. Ferguson y Col. 1999. Bell y Weinberg 1981. Saghir y Robins 1978, entre otros) demuestran que dicha conducta presenta índices más elevados de suicidios, depresión, consumo de drogas y promiscuidad sexual que conllevan a desordenes del comportamiento que requieren manejo clínico y espiritual especializado, ante los cuales estamos dispuestos a prestar todo el servicio, acompañamiento y orientación necesarios.

Subrayamos que las iglesias cristianas representan un pueblo con amplia trayectoria de sensibilidad social y son un factor importante dispuesto a prestar asistencia a toda persona que requiera superar cualquier problemática física, emocional o espiritual. Finalizamos ofreciendo a la Asamblea Nacional nuestra disposición para contribuir con el intercambio de ideas respecto a temáticas en torno a la familia y otras relativas. Reiteramos nuestro compromiso de contribuir a la paz social, a la reconciliación entre conciudadanos, a la promoción de los valores éticos y morales, y a aportar decididamente todo lo que coadyuve con el desarrollo integral de todos los venezolanos.

Fin del comunicado.

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